Como padres o maestros, educar a nuestros niños y niñas de forma integral es una tarea de mucha paciencia, compromiso, dedicación y tiempo. Esto implica que les enseñes principios y valores que, por lo general, son adquiridos en el hogar y replicados en sociedad, ya sea en la escuela, con nuestra demás familia o en los espacios en que los infantes se desarrollan.
La importancia de inculcar valores en los pequeños
Docenas de libros han sido escritos indicando cómo educar a tus niños, recalcando que una buena educación temprana resultará en una vida saludable y socialmente aceptable. Tanto maestros en sus aulas de clase como padres en el hogar tienen un papel supremamente importante en la educación de los más pequeños. No obstante, la verdadera educación se adquiere en casa con el convivir diario con nuestros seres más amados, aquellos con los que día a día crecemos.
Pero ¿Por qué es importante educar a tu niños y niñas en valores? Se ha identificado que, psicológica y socialmente, un niño que crece replicando los valores que ha adquirido desde su infancia es más feliz y sostiene buenas relaciones interpersonales que, a la larga, hacen parte de toda su existencia. Seguramente, te estarás preguntado cuáles son los valores más importantes y los que deberías trabajar en los más pequeños y, en realidad, ello depende de cada padre y de su percepción y consideración de cuáles valores son más importantes.
Algunos valores que puedes considerar relevantes
- La Paciencia: Con el afán, muchas cosas se pierden. Por ejemplo, lo bueno de la vida, cuyo fin último podríamos decir es la felicidad. Un ser humano paciente podría desenvolverse con normalidad en cualquier espacio y tendrá en sus manos una virtud fenomenal.
- La Gratitud: Ser agradecido es, sin duda alguna, un signo de buena educación, pues una persona agradecida siempre estará en sintonía y armonía con su entorno y consigo mismo, y desarrollará, en sí mismo, un estado de bienestar en donde la felicidad ocupa un espacio importante y protagónico en nuestra vida. Como bien se dice, se es más feliz cuando se agradece más.
- La Honestidad: El valor de la verdad ha sido uno de los más perdidos n la sociedad. La verdad se ha convertido casi que un mito y, socialmente, es cada vez más difícil creer o tener fe en ciertas personas o cosas. La deshonestidad rompe fuertes lazos familiares y amorosos, por lo que una persona honesta desarrollará no solo confianza en sí mismo, sino también en los demás y, seguramente, adquirirá buenas amistades y duraderas.
- La Motivación: Tener motivación y comprender que los procesos en la vida conllevan paciencia y trabajo duro hará más fácil tener consciencia de que pocas cosas son inalcanzables y nos permitirán soñar en grande. Sobre todo, saber que, si puedo soñarlo y trabajo duro por ello, entonces puedo lograrlo. La motivación, ligada a la puesta en acción, resultan en la materialización de nuestras metas, sueños o proyectos a corto, mediano y largo plazo.
Así, existen infinidad de valores y principios considerados como importantes para una vida feliz y rodeada de bienestar. A la hora de educar en valores a nuestros niños y niñas, estos son algunas consideraciones a las que podrías prestar atención:
- Enseña a través del ejemplo: Los niños son una máquina de captación de la realidad, es decir, aquello que les muestres en su realidad será introducido en su psicología y, posiblemente, lo replicarán. Es por ello que el ejemplo que puedas brindarles es un factor muy importante. Un padre que inculca la violencia y la fuerte aprehensión en casa, transformará un alma inocente y saludable en un ser lleno de rencores y resentimientos. Por el contrario, un padre que corrige con el objetivo de generar motivación e invita a la reflexión en pro de mejora y progreso en su hijo, entonces sembrará la semilla del respeto y buen trato hacia los demás.
- Cuida lo que observan: Como lo mencionamos anteriormente, los niños son máquinas de captación de la realidad envuelta en un mundo de fantasía, es decir, aprenden lo que ven.
Es importante cuidar el contenido que un mundo globalizado y al alcance de todos, les proporciona a través de los dispositivos digitales de los que muchas veces son susceptibles a observar contenido sensible. Por lo tanto, controla su tiempo en cuanto al uso de tecnología e invítalos a realizar otras actividades.
- Crea hábitos: A la hora de crear hábitos, lo importante es hacerlo a temprana edad y asertivamente. Es por eso que, si inculcas, por ejemplo, hábitos como la lectura en los más pequeños, crearás una mente fuerte en conocimientos.
- Música, arte y deporte: La música, el arte y los deportes desarrollan en los niños bienestar tanto mental como físicamente. Los beneficios adquiridos al desarrollar habilidades para tocar un instrumento, ejecutar cierto componente artístico o practicar algún deporte son múltiples. Son actividades que desarrollan disciplina y paciencia.
- Vive en su mundo: La convivencia con nuestros niños implica hacernos un poco como ellos. Tratar de entender su mundo de fantasía hará que vean en nosotros más que unos padres: una verdadera compañía y apoyo. Claro está que un padre, antes que un amigo debe convertirse en un buen padre. Sin embargo, no está mal escatimar en convertirnos también en un compañero fiel de nuestros hijos, ya que, a la larga, los acompañaremos durante diferentes procesos en su vida y muchas veces recurrirán a nosotros por consejo sobre su vida emocional, profesional, espiritual, sexual, etc.
Educar y hacerlo bien no es una tarea sencilla, tampoco un imposible. Tanto padres desde el hogar como maestros en las escuelas y colegios juegan un papel importante en la educación de los niños, niñas y adolescentes, que son el foco del presente artículo. Es importante mantenerse al tanto sobre estudios y/o artículos de expertos en el tema de la educación en niños, niñas y adolescentes, que te permitan llevar al campo de la práctica, tratándose de los padres, ciertos hábitos, actitudes del día a día y formas de conducción en el hogar. Por otro lado, en cuanto a los maestros, las estrategias metodológicas y académicas necesarias que les permitan educar en el buen saber y conducta.